La sonata para piano N° 17, en Re menor de Beethoven, conocida como La Tempestad, es admirada por su carácter apasionado y dramático.
Compuesta entre 1801 y 1802, hay grandes discusiones por el nombre de la Tempestad. Lo que está claro es que este nombre no se lo dio Beethoven, sino un asociado suyo que reclamó la inspiración del maestro en la obra de Shakespeare.
La pieza consta de tres movimientos en aproximadamente 25 minutos. El primer movimiento, Largo-Allegro, alterna breves momentos de tranquilidad, con pequeñas turbulencias que se expanden a tormentas. Es una forma musical inusual en las sonatas de la época. El segundo movimiento es más lento, aunque usa varios momentos de espejo con el primer movimiento. En el tercer movimiento hay un primer tránsito de emoción a clímax, con la conocida tensión del “fortísimo” final.
Sin lugar a dudas, una vez más cabe en la interpretación del maestro Barenboim, la popular expresión de “estar jugando de local”. Las sonatas de Beethoven son para él territorio propio, donde somos sus invitados especiales.
Sinopsis:
En la sonata para piano N° 17, en Re menor. La Tempestad
“La Tempestad”, se siente sin duda la fuerza de unos de los más grandes compositores de la historia y seguramente el más radical y atormentado genio de la música.