Una de las legendarias óperas del genial autor alemán, en magnífica producción del célebre Festival de Bayreuth, consagrado íntegramente a su producción.
Tristán e Isolda [Tristan und Isolde], ópera en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner (1813-1883), basado en gran medida en el romance de Godofredo de Estrasburgo. Fue compuesta entre 1857 y 1859, viendo su estreno en Múnich el 10 de junio de 1865, bajo la batuta de Hans von Bülow. Uno de los temas preferidos de los Minnesanger y trovadores fue la leyenda de Tristán e Isolda. ¿Cuál pudo ser su origen? Tal vez sea de origen celta. Se cree también que, hacia 1150, Chrétien de Troyes compuso un Tristán que se ha perdido. Existen algunos fragmentos del Tristán de Béroul [1170], y de un poema con el mismo título que proviene de la pluma de Thomas de Bretaña. No se ha conservado enteramente en versión original, pero sí en una traducción noruega que data de 1226. Es posible que este poema inspirase a Godofredo de Estrasburgo a la hora de escribir su famosa historia de Tristán, creada aproximadamente en 1210, que quedó incompleta y fue terminada por Ulrich von Turrheim y Heinrich von Freiberg. El Tristán de Godofredo conduce en línea recta a Wagner, que escribió lo siguiente en una carta a Liszt desde Zúrich, el 16 de diciembre de 1854: «Puesto que nunca en mi vida he gozado de la verdadera dicha del amor, quiero construir un monumento a ese sueño, el más bello de todos, un monumento donde el amor se sacie desde el comienzo hasta el final: tengo en la cabeza un Tristán e Isolda en proyecto…» En los años siguientes el plan adquiere formas cada vez más consistentes. El 27 de junio de 1857 Wagner interrumpe la gigantesca Tetralogía de los Nibelungos y comienza a ocuparse de Tristán. Aunque la afirmación de Wagner de que «nunca había gozado de la verdadera dicha del amor» ya no es válida, habiendo entrado en su vida Mathilde Wesendonck. Se ha convertido en la verdadera motivadora de Tristán e Isolda, en la musa que entiende mejor a Wagner, a quien sabe llegar más profundamente que todas las mujeres anteriores. Si la música de finales del siglo XIX es vista hoy día, en gran parte, como moderna es sin duda en buena medida gracias a este drama wagneriano, el de un autor genial que buscaba la expresión de acontecimientos anímicos nunca representados y que rompió audazmente con todas las convenciones. Con la ayuda de un cromatismo llevado hasta el extremo minó e hizo vacilar los fundamentos de las antiguas relaciones tonales. Así como las almas de Tristán e Isolda no encuentran paz, tampoco la estructura armónica de la obra tiene ningún punto de reposo. Modulaciones ininterrumpidas, armonías equívocas, incluso la politonalidad conducen a la disolución de todas las reglas antiguas. Un paso más y se habría alcanzado la atonalidad, la liberación de toda vinculación tonal. En esta obra el sonido penetra profundamente en el alma, reaviva los impulsos, muestra la nulidad de la llamada vida real, de la apariencia luminosa frente a la vida oculta, inconsciente y nocturna del alma. Los directores de teatro, los directores de orquesta y los cantantes tuvieron que sentir un doble temor: por un lado, la imposibilidad de una interpretación idónea, por otro el efecto de conmoción anímica. En ella se ha alcanzado el punto culminante de una época, se ha creado una obra maestra de valor eterno.
Para celebrar el 150.º aniversario de Tristan und Isolde, esta producción se estrenó el 25 de julio de 2015 y marcó el punto culminante del Festival de Bayreuth. Una importante y muy esperada nueva producción de la versión, de esta última e inmortal historia de amor y anhelo, de la bisnieta del compositor, Katharina Wagner. Disfruten de algunos de los solistas más prominentes de la actualidad y de Christian Thielemann, posiblemente el director wagneriano más importante de nuestros días, en una producción musical realmente sensacional.
Sinopsis:
Tristan und Isolde, de Richard Wagner, con Stephen Gould, Georg Zeppenfeld, Evelyn Herlitzius, Iain Paterson, Raimund Nolte, Christa Mayer, Tansel Akzeybek, Kay Stierfermann, Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth y Christian Thielemann.