El Festival de Lucerne con la Berliner Philharmoniker y Simon Rattle

El Festival de Lucerne es uno de los más prestigiosos en el panorama internacional, que convoca en sus diversos formatos a un número muy elevado de los conjuntos, solitas y directores más prestigiosos de la música clásica mundial.

El Festival de Lucerne tiene su origen en una serie de conciertos realizados en los jardines de la Villa de la familia Wagner en Tribschen –a orillas de lago Lucerne–, que tenían a Arturo Toscanini como principal director, quien se encargó de formar una orquesta para la ocasión en la que se encontraban miembros de algunas de las principales formaciones musicales del momento. Con la llegada del régimen nazi algunos directores, como el propio Toscanini, Bruno Walter o Fritz Busch decidieron no dirigir en territorio alemán ni austriaco como protesta al régimen, por lo que el territorio suizo –neutral y ajeno en la manera que esto era posible al problema bélico del momento– se mostraba como absolutamente apropiado para servir de escenario.

El festival se fundó aquel 25 de agosto de 1938 precisamente con aquel primer concierto. Desde entonces, el festival se ha ido estableciendo como una de las citas ineludibles en la temporada de música clásica europea, forjada a lo largo de los años con la presencia de prácticamente la totalidad de las grandes orquestas, conjunto de cámara, solistas y directores que han estado en la cima durante más de 75 años. De los pocos más de diez conciertos programados en las primeras ediciones se ha pasado a la visita de más de 120.000 oyentes en cada edición, plagada de eventos.

Además, el festival, tradicionalmente de verano, pasó a diversificar su oferta desde 1988 con la aparición del Festival de Pascua, además del Festival de Piano, que han ampliado la oferta de manera exponencial. En 1970 el festival trabajó por primera vez sobre una idea o tema principal que servía para desarrollar todo el festival, manteniendo desde entonces este concepto como esencia del Festival de Lucerne. A partir de 1973 se lanzan los conciertos de debut o la serie llamada «Jóvenes solistas», por la que han pasado la flor y nata de la interpretación del repertorio clásico, además de la serie «Perspectivas», que hoy día se conoce como «Compositores en residencia», que ha servido para favorecer la creación contemporánea, dándole un impulso que en pocas ocasiones ha encontrado un perfil similar. Jean Nouvel fue el encargado de proyectar la espectacular sala de conciertos que lleva al servicio del festival desde 1998.

Otro de los puntos fuertes del festival es la implicación en la formación musical, por lo que la creación de la Lucerne Festival Orchestra en 2003, de la mano de un maestro de la talla de Claudio Abbado, además de la Lucerne Festival Academy, que comandada por otro gran genio de la música clásica en el siglo XX, Pierre Boulez, han conseguido formar a diversos y numerosos jóvenes talentos, dándoles la oportunidad de trabajar en un festival y una orquesta de primera nivel, de la mano de algunas de las leyendas en el panorama musical de la historia reciente de la música clásica.

Sinopsis:
Disfruten de esta velada desde el Festival de Lucerne, uno de los más prestigiosos de toda temporada en el circuito de la música clásica mundial. Nos invitan a presenciar de una velada junto a la Berliner Philharmoniker y su titular Simon Rattle, que teñirá sus pantallas con la producción musical de principios del siglo XX más elocuente y evocadora, de la mano de los sugerentes impresionistas parisinos Claude Debussy y Maurice Ravel, la premodernidad alemana de Richard Wagner, el ímpetu nórdico de Jean Sibelius y la complejidad eslava de György Ligeti.